lunes, 19 de noviembre de 2007

Historia de España. LA SEGUNDA REPÚBLICA

LA SEGUNDA REPÚBLICA

1.- PROCLAMACIÓN DE LA REPÚBLICA

El 12 de Abril de 1931 se celebran las anunciadas Elecciones Municipales, acudiendo a las urnas el 67 % de los electores a nivel nacional. Sobre los resultados, hay una gran divergencia entre los diferentes historiadores: ya que continuaba en vigor el famoso artículo 29 (cuando había una sola Lista —simple o compuesta—, o cuando se presentaban igual o menor número de candidatos que plazas de concejales a cubrir, no se celebran elecciones, sino que eran automáticamente proclamados), por el que fueron elegidos directamente (sin necesidad de celebrar elecciones) unos 14.000 concejales monárquicos por unos 2.000 republicanos; además, había coaliciones o candidaturas difíciles de encuadrar (con numerosos grupos o individuos independientes, de matiz variable); y no hay que olvidar la influencia, que todavía ejercieron los caciques en el ámbito rural.

Estas elecciones constituyeron un auténtico referéndum sobre el régimen monárquico y, aunque salieron elegidos 22.150 concejales que apoyaban a Alfonso XIII, frente a los 5.875 que se oponían a él (por las causas ya citadas), en la mayoría de las ciudades del país triunfaron los candidatos de la coalición republicana (a pesar de esa diferencia tan grande en el número de ediles, en el cómputo total de votos quedaron casi igualados: los republicanos obtienen en 49'53 %, por un 49'72 % de los fieles al rey). De manera que, en cifras absolutas, los españoles siguieron votando la monarquía, que fue la vencedora real; mientras que los antimonárquicos fueron los vencedores morales, y la Corona no podía mantenerse con la oposición de casi todas las ciudades.

El día 13, fueron muchos los que se lanzan a la calle vitoreando a la República. Y, el 14 (bien temprano), el ayuntamiento de Éibar es el primero en proclamarla (seguido por el de Barcelona).

Entretanto, coexisten varios poderes: mientras el Comité Revolucionario (elegidos tras el Pacto de San Sebastián, y que formarán el primer Gobierno de la futura República), conscientes de su fuerza exigen el inmediato exilio del rey; el monarca, desconcertado por los resultados y con sus ministros divididos ante las medidas a tomar (unos le aconsejaban abdicar y otros que declarara el estado de guerra), opta por abandonar el país.

Ese día 14 de abril, el citado Comité se convierte en Gobierno Provisional y proclama la Segunda República, en medio de una insurrección popular (NO de una insurrección militar, secundada por una huelga obrera, tal y como habían previsto los republicanos y socialistas); evidenciando el agotamiento de la monarquía, al igual que los partidos tradicionales.

La derecha, sorprendida, tardaría en reorganizarse. Mientras la conflictividad, desplazada de momento por el júbilo popular, resurgirá inmediatamente y la República se encontrará en una grave disyuntiva: entre los que se sentían perjudicados por las reformas (caso de los propietarios), y los que tenían sus esperanzas depositadas en ella (jornaleros, obreros, yunteros, etc.).



2.- PARTIDOS Y FUERZAS POLÍTICAS
La Izquierda

• La izquierda obrera se subdividía en varias fuerzas:

- PSOE: Era el principal partido de la izquierda, con 23.000 afiliados en 1930 (la colaboración con Primo de Rivera fue positiva para ellos). En la República se formarán tres tendencias:
 La representada por Indalecio Prieto y Fernando de los Ríos, que apoyaba la alianza con los republicanos para establecer la democracia burguesa.
 La segunda también defendía esa alianza, pero con el fin de fortalecer la clase obrera y que sirviera para instaurar un régimen socialista. Su líder era Largo Caballero.
 La tercera, representada por Julián Besteiro, rechazaba cualquier unión con los republicanos.

Los socialistas pretendían lograr tres objetivos colaborando con los partidos burgueses: obtener mejoras para la clase trabajadora hasta implantar el socialismo; desplazar a la CNT como sindicato rival (la UGT alcanza un millón de trabajadores, y después creará la FNTT); y equilibrar fuerzas con la patronal, suavizando la lucha de clases.
- PCE (Partido Comunista de España): nacido en 1921 al escindirse el Partido Socialista, quedó fuera de las Cortes Constituyentes. Su influencia era mínima y su estrategia abiertamente revolucionaria. Sus principales dirigentes fueron José Díaz y Dolores Ibarruri (la Pasionaria). Durante la Guerra Civil su organización eficaz le convirtió en el primer partido obrero.
- El POUM (Partido Obrero de Unificación Marxista): surge en 1935 al fusionarse dos pequeños partidos de inspiración trostkista. Dirigido por Andrés Nin, sólo destacó en Cataluña.
- CNT (Confederación Nacional de Trabajadores): se centraba en el sindicalismo rechazando la participación política (defendía la libertad personal, colectividad, rechazo a la autoridad y a la propiedad privada, etc.). Superó el millón de afiliados al iniciarse la República. En 1936 se une al Frente Popular y participa política y militarmente durante la Guerra Civil.


• La izquierda burguesa estaba representada por Acción Republicana (AR), de Manuel Azaña. Era un minúsculo partido integrado por intelectuales afines a su líder. Y su ideario se basaba en la modernización de las estructuras políticas y sociales del país, sobre un fondo anticlerical, educativo, antimilitar y autonomista. Tuvo gran apoyo en el Campo Arañuelo, con José Giral. En 1934, al fundirse con el Partido Radical Socialista (liderado por Marcelino Domingo, que se había escindido del partido de Lerroux) y con ORGA (de Casares Quiroga, que veremos a continuación) se convierte en Izquierda Republicana (IR).

• La izquierda autonomista estaba constituida por dos partidos:


- ORGA (Organización Republicana Gallega Autónoma), de carácter republicano galleguista, cuyo líder era Santiago Casares Quiroga.
- Esquerra Republicana de Cataluña, de Francesc Macià y Lluís Companys, defiende un amplio programa de reformas sociales y económicas para Cataluña. Su ideario le sitúa en posiciones cercanas al independentismo catalán (como demostró siempre que pudo).

El Centro:

• El más importante era el Partido Republicano Radical (PRR), de Alejandro Lerroux: que destacaba por su anticlericalismo y demagogia. Fue un partido bisagra, que comenzó gobernando con la izquierda y después se inclinó hacia la derecha (Bienio Radical-Cedista).


Partidos de Derecha:

• La derecha nacional, que se dividía en varias agrupaciones:
- Derecha Liberal Republicana, de Niceto Alcalá Zamora y Miguel Maura, defensora del orden, propiedad y catolicismo. Destacó por el cumplimiento de la estricta legalidad constitucional.
- Partido Agrario, de Martínez de Velasco y otros. Representaba los intereses de los grandes terratenientes, por lo que se oponía a la República y a la Reforma Agraria.
- Acción Popular, de José María Gil Robles. El primer intento serio de crear un partido de derechas de ámbito nacional, que aceptó el proceso electoral pero no se integró plenamente en el juego democrático (…). Más adelante aglutinará a un sector de la derecha bajo las siglas de la CEDA (Confederación Española de Derechas Autónomas), que tendrá gran aceptación en el ámbito rural propietario, gobernando en la segunda mitad de la República (Bienio citado).

• La Derecha Nacionalista, centrada en dos partidos:
- El Partido Nacionalista Vasco (PNV) que, aunque defendía políticas económicas y sociales de derecha, y siendo católico radical, se alineó con la izquierda para sacar adelante la autonomía regional vasca.
- La Lliga Regionalista en Cataluña, apoyada por los empresarios de esa región. Perdió su liderazgo anterior por la expansión de Esquerra Republicana.

• Derecha monárquica, representada por Renovación Española. Partido que fue creado por Antonio Goicoechea y José Calvo Sotelo. Su actividad se centró en el regreso a los valores tradicionales (incluyendo la Monarquía) y en apostar por el autoritarismo.

• Las corrientes fascistas, que giraban en torno a varios grupos minoritarios, entre los que destacaban dos: Falange Española (FE), de José Antonio Primo de Rivera; y las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista (JONS), de Onésimo Redondo.

• El carlismo o tradicionalismo seguía vivo, en defensa de los Fueros, del integrismo católico y del autoritarismo en política. Transformados en Requetés, eran partidarios de derribar la República por la fuerza.


3.- EVOLUCIÓN DE LA SEGUNDA REPÚBLICA

Tuvo cuatro etapas fundamentales, que se definen por los grupos políticos que estaban en el poder, su acción de gobierno y las reacciones que provocaban la oposición.

3.1.- El Período Constituyente (Gobierno Provisional): abril-diciembre de 1931

Se denomina así porque en él se establecen las bases fundamentales del Régimen, que serán plasmadas en la Constitución de la República. Abarca desde la proclamación del nuevo régimen hasta la promulgación de la Constitución de 1931. Durante este período, España estuvo regida por un Régimen o Gobierno Provisional, cuya misión fundamentalmente fue la de convocar elecciones a Cortes Constituyentes; mientras se discutía el texto constitucional, se gobernaba por Decreto. El presidente de este gobierno fue Niceto Alcalá Zamora, presidente del Comité Revolucionario que proclamó la República (surgido tras el Pacto de San Sebastián en 1930).

El gobierno estaba compuesto por republicanos de todas las tendencias y algunos socialistas: por lo que se basó en las clases medias republicanas, la pequeña burguesía, los intelectuales y la clase obrera organizada (PSOE y UGT). Por el contrario, las fuerzas de oposición eran de derecha, la oligarquía desplazada de poder, la izquierda radical y el proletariado revolucionario (como CNT). En la actuación de este gobierno destacan las reformas militares y sociales:

 La reforma del ejército fue promovida por M. Azaña, Ministro de Guerra. Con ella, pretendía crear un ejército más reducido y moderno, así como eliminar a sus miembros más conservadores y hacer de él una institución más adaptada al régimen republicano.
 Las reformas sociales de Largo Caballero, Ministro de Trabajo socialista, pretendían elevar el nivel de vida de los trabajadores, mejorar las condiciones laborales y de seguridad social, aumentar su participación política; a la vez que deseaba limitar el poder y la influencia de los patronos, sobre todo en medios rurales.

Igualmente, también se preocupa de las reformas educativas y de acometer el tema autonómico. Pero en seguida surgen los primeros problemas:
 Económicos: fuga de capitales y depreciación de la peseta.
 Sociales: huelgas múltiples, invasiones de fincas y negativas de los propietarios a sembrar.
 Religiosos: quema de numerosos conventos y casas religiosas, al relacionar a la Iglesia con el antirrepublicanismo. Este conflictivo religioso se mantendrá durante casi todo el régimen.
• En esta etapa destacan las Elecciones a Cortes Constituyentes, que se celebran el 28 de junio de 1931, y que serán las encargadas de elaborar la Constitución de 1931. Pues, una vez anulada la Monarquía, ya no tenía sentido la Constitución de 1876.
Las elecciones con un participación del 70 % dieron el poder a la izquierda (socialistas y otros republicanos), mientras que la derecha no alcanzaba el centenar de escaños. Estas Cortes aprobarán la citada Constitución (el 9-XII-1931), una vez que la comisión encargada para este fin elabora un primer proyecto. El texto definitivo quedó así (resumidamente):
 Respecto al sistema político, busca la creación de un sistema auténticamente democrático, y que hiciera posible la aspiración autonómica de algunas regiones (Cataluña y País Vasco, sobre todo). Así, se define a España como “República Democrática de Trabajadores de toda clase, organizados en un régimen de libertad y justicia” (aunque en artículos posteriores se consagra al Estado como “de Derecho y Democrático”).
 Defiende la división de poderes, concretando los controles que cada poder debe ejercer sobre los demás. Así, la potestad legislativa reside en el pueblo, que lo ejerce por medio de las Cortes (unicamerales: Congreso de los Diputados, elegidos por 4 años mediante sufragio universal, incluso femenino). La ejecutiva recaía en el presidente de la República (con un mandato por 6 años, elegido por los diputados y un número igual de compromisarios, elegidos también por sufragio universal). Y la judicial establecía la independencia de los jueces, con destacadas novedades (jurados, justicia gratuita para los pobres, etc.).
 La declaración de derechos y libertades de los españoles era muy amplia, pues incluía la del sufragio universal ya mencionado, educación, protección social, libertad religiosa, expresión, reunión, asociación, libre residencia, circulación, elección de profesión, inviolabilidad de domicilio, de correspondencia, propiedad privada (aunque podía expropiarse por el bien común), etc. El Tribunal de Garantías Constitucionales velaba por su cumplimiento.
 En cuanto al tema regional o territorial, por vez primera, la Constitución reconocía el derecho de las regiones a dotarse de Estatutos de Autonomía y se establecía su ámbito de gobierno autónomo político-administrativo, dentro del Estado español, que no estuviera en contradicción con la Constitución (se aprobaría mediante plebiscito en la región, y después por las Cortes). Este sistema recibió el nombre de Estado Integral.
 Por lo que se refiere al problema social, la Constitución preveía una vía reformista para disminuir las graves desigualdades existentes en la sociedad española: se suprimía todo privilegio de clase social y de riqueza, lo que equivalía a anular a la nobleza como entidad jurídica; aunque se mantiene la propiedad privada, se apunta la posibilidad de socialización de la propiedad (expropiación citada) y de los principales servicios públicos (aunque, en definitiva, los proyectos de nacionalización de la tierra, las minas, los bancos y los ferrocarriles nunca se llevaron a cabo). Se declara solamente la importancia del trabajo, y se promete para el futuro una legislación laboral social avanzada.
 En cuanto al tema religioso, la mayoría de los diputados entendieron que la Constitución de una democracia avanzada exigía reducir al máximo el poder y la influencia de la Iglesia católica española. En consecuencia, se declaraba el carácter laico del Estado (queda anulada la asignación económica), así como el de la enseñanza, la libertad de cultos, el matrimonio civil y el divorcio; también se decreta la disolución de la Compañía de Jesús y el control sobre el resto de órdenes religiosas. De este modo, se separan las relaciones Iglesia-Estado: lo que enoja a los conservadores y republicanos de derecha (incluyendo a Alcalá Zamora).
 Respecto al ejército, no se matizaba nada en la Constitución, ya que se considera incluido en el poder ejecutivo (el máximo poder lo tiene el presidente de la República).

Como decíamos, el 9-XII-1931, se aprueba la Constitución. Al día siguiente es elegido Alcalá Zamora como presidente de la República, quien confirma a Manuel Azaña como jefe del Gobierno.

3.2.- El Bienio Social-Azañista. La República de Izquierda (1931-1933)

Una vez promulgada la Constitución se constituyó un nuevo gobierno. Y le correspondió la tarea de gobierno a los ganadores de las Elecciones: socialistas y republicanos de izquierda. Así, el gobierno estaría presidido por Azaña y la Presidencia de la República por N. Alcalá Zamora.

Durante los dos años que duró el gobierno se vieron atacados por la Derecha, porque hacían demasiadas reformas; y por la Izquierda, que aseveraba todo lo contrario (mucha lentitud). Los problemas a los que se enfrentaron fueron:

1.-Agrario: aunque en esta fecha la población activa agraria ya no era mayoritaria (45 %), aún era muy destacada, por lo que la demanda de trabajo era superior a la oferta, repercutiendo sobre el paro y los bajos salarios que imperaban. Además, arrastrábamos un pésimo e injusto reparto de la propiedad, con zonas donde el latifundismo era dominante. A todo ello hay que añadirle la escasa productividad, que repercutía en el consumo, comercio, industria, etc.
Debido a ello, urgía la Reforma Agraria. Pero fue un gran problema para la República desde los primeros años: la derecha se oponía a ella (incluso el PRR y bastantes republicanos de derecha), se legislaba mediante Decretos (lo que originaba muchos recursos), había una gran variedad de propietarios (no se podía tratar a todos por igual), la aplicación era parcial (sólo en las zonas latifundistas de Andalucía, Extremadura, Castilla la Mancha y Salamanca), se hizo con demasiada lentitud (por la realización del Censo Agrario, la falta de datos para conocer las tierras, su calidad, rendimientos, etc.), no se creó un Banco Agrícola (que aportara los créditos para comprar los lotes adjudicados), el Presupuesto estatal destinado a este proceso fue insuficiente (ni siquiera para pagar las expropiaciones), había una gran división entre los propios republicanos y gobernantes, etc. En definitiva, que el número de campesinos que se preveía asentar fue muy pequeño.
La Ley de Reforma Agraria establecía la expropiación con indemnización de las grandes fincas que no fuesen explotadas directamente por sus dueños, así como las incultas y las de regadío no regadas, para ser repartidas entre familias campesinas o entre colectividades de agricultores. Las tierras de la nobleza y de quienes habían participado en el golpe con Sanjurjo fueron expropiadas sin indemnización. Para llevar a cabo la redistribución de las tierras se creó el Instituto de Reforma Agraria, del que dependían las Juntas Provinciales y las Comunidades de Campesinos. En ese orden se iban entregando las propiedades, hasta que llegaban a los campesinos.
Al final, ésta fue aprobada el 9-IX-1932, tras el pronunciamiento de Sanjurjo y otros que se produjo en agosto de ese año. Su aplicación se haría progresivamente (en Navalmoral fue en 1934).
2-Religioso: teniendo como base la separación de la Iglesia y el Estado, se promulgó una ley que preveía la extinción en dos años del presupuesto del clero y el sometimiento de las órdenes religiosas a una ley especial. Aún había muchos católicos, pero cada vez menos practicantes…
A lo largo del período 1932-1933 se fueron promulgando leyes y decretos complementarios: disolución de los Jesuitas y confiscación de sus bienes, matrimonio civil y divorcio, secularización de los cementerios, prohibición de la enseñanza a las órdenes religiosas, etc. Lo último supuso un problema, pues el Estado no estaba tenía profesores ni instalaciones para atender a los alumnos.
Esto se tradujo en una oposición constante entre la Iglesia y el Estado, la expulsión del cardenal Primado de España (Segura) y el posicionamiento antirrepublicano de la Iglesia.
3- Enseñanza y Cultura: con la Dictadura se dio un gran impulso en la educación, pero era aún insuficiente: había un gran índice de analfabetismo (superior al 30 %) y la mitad de la población infantil estaba sin escolarizar; faltaban escuelas, maestros (los niños se hacinaban en las aulas), material y presupuesto. Pero la República acometió ese gran reto, a pesar de contar con la oposición de la Iglesia (no aceptaba la enseñanza laica, mixta, obligatoria y gratuita, como pretendía el Gobierno). Así, con el apoyo de la Institución Libre de Enseñanza y otros organismos, se modernizó la Universidad y se crean numerosas escuelas e institutos, aparece la educación nocturna y las Bibliotecas Ambulantes.
4.- Militar: en este sentido, había demasiados problemas: demasiado jefes (superior al 20 % de la tropa), escasa formación y material obsoleto; además, predominaban los monárquicos y solían intervenir en política. Por ese motivo, suponían un peligro para el régimen republicano. Para solucionar el problema, Azaña decidió una depuración pacífica y, en ese sentido, aparecerá en 1931 la “Ley Azaña”, por la que exigía a los mandos militares prestar juramento de fidelidad a la República, o el retiro con el sueldo íntegro a los que no lo hicieran (muchos se jubilaron). Eso fue una solución, pero también otro problema (algunos se dedican a conspirar…).
5.- Regional: la cuestión de la diversidad nacional dentro de España era más vieja que el cuplé (desde el siglo XVII) y, al precipitarse Macià en abril de 1931 (cuando proclama la República antes que Madrid), el gobierno republicano le aplica prioridad. Además, la Constitución reconocía la posibilidad de conceder autonomía a las regiones que lo solicitasen; y, celebrado un plebiscito en Cataluña sobre el proyecto de un estatuto regional, recibió un apoyo superior al 90 %.
Así pues, en septiembre de 1932 Cataluña se convirtió en región autónoma, que sería regida por un gobierno propio, “La Generalitat”, formada por un presidente, un Parlamento y un Consejo Ejecutivo; la Generalitat tenía facultades legislativas, ejecutivas en hacienda, economía, educación y cultura, transportes y comunicaciones; y el gobierno de la República se ocuparía de las relaciones exteriores, el orden público y el ejército. Los idiomas serían el catalán y el castellano.
En el País Vasco y Navarra también tenía fuerza el movimiento autonomista, pero estas regiones estaban aún más preocupadas por conservar lo que quedaba de sus antiguos fueros. Además, el catolicismo del PNV dificultó las conversaciones con el Gobierno, por lo que la autonomía de Euskadi tendrá que esperar para ser aprobada hasta 1936 (en vísperas de la Guerra Civil).
Otras regiones elevaron sus proyectos, pero el citado conflicto bélico impidió su desarrollo.
6.- Social: en los primeros años de gobierno, siendo ministro de Trabajo Largo Caballero, la legislación laboral alcanzó gran amplitud: se aprobaron leyes de jornadas máximas, de contratación laboral, salarios mínimos, jurados mixtos, regulación del derecho a la huelga, etc.
La actitud de los sindicatos frente a esta línea fue diversa, siendo la más radical la protagonizada por la CNT, que suponiendo que con un gobierno socialista la situación de los obreros mejoraría notablemente, vio cómo las protestas para acelerar esa mejoría eran reprimidas, a veces con resultado de muertes; por este motivo, entendieron que había llegado el momento de poner en práctica lo que siempre habían defendido, la revolución social; así, en varias ocasiones decretaron la huelga insurreccional: una de ellas fue la de Casas Viejas (Cádiz) en enero de 1933, donde los campesinos se apoderaron del pueblo y proclamaron el comunismo libertario, las fuerzas del orden reprimiendo brutalmente el hecho, causando numerosos muertos entre los insurrectos.
En 1933 la inestabilidad era evidente, a pesar de los logros de la República en esos dos años: la reorganización de la derecha en ese año (en febrero se funda la CEDA, en marzo Renovación Española y en octubre Falange Española), la radicalización de la izquierda (no sólo de la CNT, que se echa al monte ya abiertamente; sino del propio PSOE, que apoya la línea dura de Largo Caballero). Además, los citados levantamientos anarquistas (como los de Castilblanco, Casas Viejas y otros muchos) hicieron tambalear al gobierno. Y, por si fuera poco, en las Elecciones Municipales parciales celebradas en abril de 1933, así como en la que tuvo lugar en el Tribunal de Garantías Constitucionales (en septiembre) vencen los candidatos de derecha. Por lo que dimitió Azaña, teniendo Niceto A. Zamora que disolver las Cortes y convocar Elecciones Generales. Mientras, Lerroux se hace cargo del Gobierno.

3.3.- El Bienio Radical-Cedista: la República de Derechas (XI-1933/febrero-1936)

En las nuevas elecciones celebradas el 19 de noviembre de 1933, la proporción de fuerzas se invirtió respecto a las de junio de 1931, siendo ahora la CEDA el partido con mayor número de diputados, con el apoyo de otros partidos de la derecha o del centro.

Este giro se debió a muchos factores, destacando éstos: por un lado, el intento de la masa neutra del país de mostrar su disconformidad con la labor realizada hasta entonces por la República; por otro, también influyó la abstención de la CNT, el que los socialistas se presentan separados de los republicanos, la elevada participación de los católicos, el voto conservador de la mujer, etc.

Aunque gana la CEDA, Alcalá Zamora entregó a Lerroux la jefatura de gobierno: para evitar una mayor derechización del país. Quien gobierna en coalición con la CEDA, que aún lidera Gil Robles (pues irá siendo desplazado por Calvo Sotelo). De acuerdo con el nuevo sistema, deciden revisar toda la legislación anterior, anulando la mayoría de las reformas del período anterior:

 Decretaron una amnistía para los implicados en la sublevación de agosto (Sanjurjada).
 Prepararon una revisión de la Constitución, en la que se restringían las autonomías regionales. En esta línea, el Estatuto de Cataluña fue suspendido.
 Se aprobó una ley que era una contrarreforma de la Ley Agraria del bienio anterior. También se deroga la Ley de Términos Municipales (prohibía la contratación de forasteros).
 En materia religiosa, se restablece (y aumenta) la subvención al clero y la enseñanza religiosa.
 Es anulada la legislación sobre salarios, que sufren un retroceso.
 Muchos funcionarios públicos de izquierda son sustituidos por otros de derecha.

Es decir, que ahora se benefician los sectores que se habían sentido perjudicados anteriormente, y viceversa. Hay pues, un giro radical, pero manteniendo en esencia la República. Este giró llevó a la radicalización de varios sectores de la sociedad:
 Del movimiento obrero y del socialismo. Desilusionados con esa república burguesa, los socialistas pasaron a una oposición cada vez más directa, decidiendo que había llegado el momento de que el proletariado tomara el poder para poner en marcha la revolución socialista. Con esta intención montaron la “Alianza Obrera”, que agrupaba a socialistas, anarquistas y comunistas. Además, hay que tener en cuenta que el paro se había disparado…
 Los militares se dividen en dos bandos: los de derecha crean la UME (Unión Militar Española), que contactan con falangistas y monárquicos; y los de izquierda fundan la UMRA (Unión Militar Antifascista Republicana), como réplica a la anterior.
 También se radicalizan los partidos, tanto de izquierda (como el PSOE, según indicábamos) como de derecha (la CEDA, y se une Falange con la JONS; contactan con Mussolini, etc.).
 En Cataluña, una sentencia del Tribunal de Garantías Constitucionales favoreciendo a los propietario frente a los campesinos, se interpretó como un intento de sometimiento por parte de los poderes centrales. Esta situación influirá en el conflicto que veremos a continuación.
• La Revolución de Octubre (o de Asturias)
Gil Robles exige la entrada de la CEDA (claramente parafascista y antirrepublicana, que no se adhiere al régimen) en el Gobierno, para concluir la "rectificación". En vista de ello, Samper (presidente del Consejo de Ministros) anuncia a Alcalá Zamora la crisis. Éste llama a Lerroux para que forme gabinete, lo que hace el día 4 de octubre, en el que incorpora a tres ministros cedistas.
En la noche de ese día, la UGT y el PSOE (controlado por Largo Caballero), con el apoyo de las Juventudes Socialistas, deciden pasar a la acción (temían que la CEDA instaurara el fascismo, que estaba en auge en casi toda Europa), declarando la Huelga General en todo el país (que se inicia el día 5); a la vez que pretenden alcanzar una "revolución socialista proletaria". También reciben el respaldo de los partidos republicanos en defensa de la legitimidad. El paro y la revolución fue muy variable en el país:
• En Vascongadas, tras estallar, es dominada pronto.
• En Madrid también fracasa, siendo detenidos numerosos dirigentes del PSOE.
• En Cataluña, Lluis Companys proclama el Estat Català, dentro de una República Federal Española; lo que equivalía a ponerse al margen de la Constitución, por lo que el Gobierno suspende el Estatuto de Autonomía. Pero fracasa porque la CNT no entra en la Alianza Obrera, y porque el gobierno de la Generalitat se niega a conceder armas a los insurrectos. Es dominada la situación.
• En Asturias, los hechos alcanzan mayor trascendencia, dando lugar a la Revolución de Asturias: la primera revolución socialista de España, de carácter proletario, obrera.
Los socialistas, ugetistas y cenetistas forman la Alianza Obrera, o UHP (Unión de Hermanos Proletarios). Y, secundando la Huelga General, el mencionado 5 de octubre comienza en la cuenca minera: asaltan los cuarteles (como el de Sama y Mieres) y el primer intento de conquistar Oviedo.

Después toman la fábrica de armas de Trubia, cogiendo 30.000 rifles y varias ametralladoras, que les facilitan la toma de Oviedo (excepto la Catedral y el palacio del Gobernador, donde resisten 1.000 soldados y policías), a la vez que se unen los obreros en Gijón y Avilés, y se constituye en Mieres el Comité Revolucionario (presidido por los socialistas González Peña, Belarmino Tomás y Teodomiro Menéndez). El dominio alcanzará a casi todo el Principado, que se reorganiza de forma revolucionaria: las fábricas son incautadas; controlan el abastecimiento, la sanidad y las minas; crean un ejército proletario, etc.

El general López Ochoa, asesorado por Franco desde Madrid, con los regulares y la Legión, desembarca en Gijón, la toman y marchan hacia Oviedo, que también es conquistada. El 17 de octubre ya está sofocada la rebelión y, tras el pacto entre Ochoa y Belarmino Tomás (para evitar que los moros entraran en las localidades...), el 19 se rinden todos los mineros.

Los métodos empleados por el citado general fueron poco éticos, aunque muy efectivos: colocaba a los rehenes y prisioneros en vanguardia... Y los resultados fueron escalofriantes:

- 1.335 muertos: 1.051 revolucionarios y 284 miembros de las fuerzas de orden y del ejército.
- 2.951 heridos (2.051 obreros y 900 gubernamentales).
- 30.000 prisioneros, para los que hubo que habilitar campos de reclusión especiales. Destacan las detenciones de Azaña, Largo Caballero, González Peña, Belarmino Tomás, Pérez Farrás, etc. Otros huyen, como Indalecio Prieto (en el exilio hasta 1936).
- Represión, con numerosos condenados a muerte. Precisamente, este tema divide al PRR y a la CEDA. Incluso, Lerroux y Gil Robles temen que las ejecuciones compliquen la situación (que se conviertan en mártires…). Además, controlan a los partidos y se impone la censura.
A todos estos problemas se une otro de carácter económico, con problemas derivados de la crisis mundial. Y un escándalo financiero en el que se vieron implicados varios ministros del partido de Lerroux: a mediados de septiembre de 1935 estalla el escándalo del estraperlo, cuando Daniel Strauss y Perle intentan sobornar con dinero a varios personajes y políticos (incluyendo a un sobrino y ahijado de Lerroux, Aurelio), con el fin de que les permitan legalizar un juego fraudulento de ruleta (se jugaba desde 1934, aunque el juego estaba prohibido en España).

Y uno muy conflictivo de índole social: el 26 de julio de 1935, el ministro de Agricultura presenta el proyecto para revisar la Ley de la Reforma Agraria (del 9-IX-1932); y, en agosto, las Cortes votan la Ley de Reforma de la Reforma Agraria: que pretendía derogar la expropiación de los señoríos y de las tierras de la grandeza sin indemnización (sólo se incautarían por necesidad social, mediante compra); a la vez que se anulan las ya efectuadas y se rebaja el presupuesto para el IRA (50 millones). No tendrá oposición, ya que los socialistas se habían retirado del Parlamento. Tampoco se renovó la Ley de Yunteros y todos fueron expulsados de las tierras al finalizar el verano, por lo que bajan los salarios agrarios (especialmente en los pueblos dominados por caciques) y aumenta el paro. Pese a ello, habrá poca conflictividad; pero será debido a las fuertes represiones y rígido control por la Guardia Civil.

Con estas condiciones, se está fraguando la Guerra Civil: los partidos de izquierdas preparan el Frente Popular, que firman ocho partidos (desde republicanos a comunistas) en enero de 1936, siguiendo la consigna de la Internacional Comunista, que propugnaba la formación de frentes populares en todos los países ante el creciente avance del fascismo (por ese motivo, los comunistas cambian de método y deciden colaborar con socialistas y burgueses republicanos); y los de derecha (sobre todo Acción Popular, JAP y Falange) traman la insurrección, en la que Gil Robles representa la revolución legalista y Calvo Sotelo la violenta. Izquierda y derecha, ambas muy radicalizadas.


3.4.- El Frente Popular: febrero de 1936-julio de 1936

El 7 de enero de 1936, Alcalá Zamora decreta la disolución de las Cortes y la convocatoria de elecciones para el 16 de febrero.

Por eso, el 15 de enero se firma el citado pacto del Frente Popular: Izquierda Republicana, Unión Republicana, PSOE (con UGT), PCE, JJSS, Partido Sindicalista y POUM. En Cataluña se forma otro similar. La CNT (que ya cuenta con millón y medio de afiliados, cifra similar a la UGT) no se une, pera lo votará en febrero (reconociendo su error en noviembre de 1933).

Bajo el lema de “Pan, Paz y Libertad”; entre sus promesas estaban la libertad para los presos políticos (lo que agrada a CNT), restablecimiento del Estatuto de Cataluña (ampliable a otras Comunidades), indemnización a las víctimas de la Revolución de Asturias, reemprender la Reforma Agraria de 1932 (con prioridad) y derogar la Ley de Arrendamientos (que sustituyó a la anterior), política de obras públicas; impulso a la enseñanza primaria y media, abierta a todas las clases sociales y con democratización de la superior; reforma de las leyes municipales, reforma fiscal, etc. Resumiendo: restaurar la legislación de los inicios de la República, en un pacto de izquierda con un programa reformista, pero no revolucionario (ni tierra, ni banca serían nacionalizados).

Y llega el 16 de febrero, en que se celebran las anunciadas Elecciones Generales, con tranquilidad (salvo incidentes aislados), al que se presentan los siguientes bloques:

- El Frente Popular, formado por los partidos citados, al que se adhieren los nacionalistas vascos (a pesar de que el Vaticano presiona al PNV). En general, la CNT votará por él.
- El Bloque Nacional, compuesto por la CEDA, los monárquicos de Renovación Española y los tradicionalistas. Falange no se une, aunque sólo contaba con unos 25.000 afiliados (entonces).

La participación fue superior al 70 % y dio la victoria al Frente Popular (obtuvo el doble de diputados que el Bloque Nacional, y cinco veces más que el Centro): sobre todo en las zonas dominadas por el latifundismo y en todas las ciudades mayores de 150.000 habitantes; gracias al sistema electoral vigente, que premiaba a las mayorías (pues, el número de votos estuvo más igualado). Aunque los datos bailan (por las candidaturas mixtas, segundas vueltas y repeticiones en algunas provincias). Pero, ¡ojo al dato!, se ha demostrado que hubo numerosas anomalías o pucherazos, ahora a cargo del Frente Popular… (Por eso la derecha no acepta los resultados, solicitando que se anularan esas elecciones). He aquí la composición aproximada del Congreso:

- Frente Popular = 288 (99 del PSOE, 87 de IR, 39 de UR, 36 de Ezquerra R. de C., 17 del PCE y 10 del PNV).
- Centro = 35 (12 de la Lliga, 10 independientes, 6 progresistas, 4 radicales y 3 republicanos conservadores). Como vemos, Lerroux fue el gran fracasado.
- Frente Nacional = 121 (88 de la CEDA, 13 monárquicos de Renovación, 11 agrarios y 9 tradicionalistas).

En vista de los resultados, dimite Portela Valladares y Azaña forma Gobierno (hasta el 13 de mayo), que contaba con el apoyo de comunistas y socialistas (aunque ninguno de ellos entre en el gabinete, ya que destacaban los de Izquierda Republicana y Unión Republicana. Gobierno republicano de izquierda, que representaban a la pequeña burguesía y clases medias (casi todos los ministros eran abogados o catedráticos); lo que desagrada a las Juventudes Libertarias (cenetistas) y a las Juventudes Socialistas (cada vez más influidas por el PCE, que crece desde ahora).

Comienzan a cumplirse las promesas del Frente Popular: Franco cesa como Jefe del Estado Mayor Central, siendo destinado a Canarias; amnistía penal para los presos políticos, unos 30.000; amnistía laboral, con readmisión forzosa para los obreros despedidos por motivos de huelga o ideas políticas, con derecho a indemnización; es restablecida la Generalitat catalana, siendo liberado Companys para hacerse cargo de la Presidencia, a la vez que se inician los trámites para aprobar los estatutos vascos y gallegos; impulso a la Reforma Agraria, autorizando los asentamientos necesarios por causas de utilidad pública (mientras se repone la Ley de Bases de 1932, que será aprobada por el Parlamento el 15 de junio), lo que origina numerosas invasiones de fincas.

Pero hay una oposición general contra Alcalá Zamora, presidente aún de la República: los monárquicos le consideran traidor a la Monarquía, la CEDA le culpa del alejamiento del poder, y el Frente Popular piensa que es un enemigo de esta agrupación (por católico y conservador). Se basan en la propia Constitución: ha disuelto las Cortes dos veces, no siendo necesario, por lo que debe ser sustituido. Lo que aprueba el Parlamento el 7 de abril, por 238 votos a 5 (la derecha no votó).

Por idéntica votación elegirán Presidente de la República a Manuel Azaña, en mayo. Quien contó con el apoyo de toda la izquierda y centro, y pretendía que Indalecio Prieto formara gobierno; pero se le opone su propio partido (PSOE), dominado por Largo Caballero (siendo éste más radical y aquél más moderado, pues no quería asustar a la izquierda burguesa). Por lo que tiene que llamar a Casares Quiroga (ORGA), que comienza a gobernar (con Izquierda Republicana y Unión Republicana, de formas similar al anterior gobierno de Azaña).

Fue un error nombrar a Azaña y prescindir de Alcalá Zamora, ya que se origina la radicalización de la República y se priva al Gobierno de la única persona que aglutinaba al Frente Popular (Azaña), pues Prieto ha perdido el apoyo de su propio partido. Además, el nombramiento de Azaña y la formación de ese gobierno no agradó a la izquierda (lo consideraban débil); pero, en cierto sentido, sí a la derecha (por eso mismo, y porque no aglutinaba al Frente Popular…).

Realmente, sirvió para agudizar más aún las diferencias entre las dos Españas. El Alzamiento es ya inminente, pues la derecha ha perdido el poder político y teme perder el económico; ya que el país se dirige hacia una revolución agraria, hacia una república de trabajadores. Además, el capital extranjero no ve con buenos ojos un gobierno de izquierda en España, en defensa de sus intereses (minas, bancos, fábricas, etc.).

Además, mientras Azaña y los republicanos más moderados aspiraban a consolidar la revolución desde arriba, las organizaciones obreras aspiraban a hacerlo desde abajo: tomando el poder, protagonizando frecuentes episodios de violencia. Mientras que, por la derecha, la CEDA insistía en su antirrepublicanismo y Falange se constituía en una fuerza de choque paramilitar, recurriendo también a la violencia. Se intensifica la conflictividad y proliferan los atentados en ambos bandos.

Por si fuera poco, hay problemas con los militares, sobre todo con los altos mandos (los oficiales, especialmente los de Marina y Aviación, apoyaban la República); ya que los sucesivos gobiernos, en lugar de apartarlos del poder, los destina a puntos claves: Franco a Canarias (tras su paso por el Estado Mayor), Goded a Baleares, Mola a Navarra, Queipo de Llano a la Dirección del Cuerpo de Carabineros, etc. Ante el deterioro del orden público, temiendo una revolución marxista y disconforme con el posible fraude electoral, el ejército (liderado por los generales anteriores y otros, como Sanjurjo), apoyado por grupos políticos de extrema derecha y un considerable sector de la oligarquía económica, empezó a preparar una sublevación contra el régimen establecido (para evitar una revolución popular; mientras Azaña trataba de eludir una revolución social.

En esas circunstancias, la chispa que desencadenó la sublevación fue el asesinato de J. Calvo Sotelo (realizado por fuerzas de seguridad, como represalia por el asesinato del teniente Castillo por miembros de la derecha). Así, el 17 de julio de 1936 comenzaba la Guerra Civil en Melilla.

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